Ella es mi chica de
vuelos sin alfombra.
La del retraso de
aviones de papel y accidentes ortográficos...
De quien me cuentan
cuando me hablan de poesía.
¿Qué sabrás tú de
estrellarse si nunca le has visto estar a nada de quitarse la blusa, cerrar los
ojos y abrirlos tras el timbre de un despertador con apuro a ninguna parte y el
golpe de una imagen con la cama vacía?
Y la realidad más
dura es la que crea ella a punto.
Pues nunca creí en
la magia,
hasta que la vi...
Irradiándola.
No me vengas con
eso que las estrellas
y el romance de sus
ojos,
si las estrellas no
tienen novio.
Y la cruda sin
bebida,
y la alucinación
sin drogas,
y el jodido adicto
en que me conviertes dándome los buenos días.
Mis vuelos son esa
consecuencia del producto de sus sonrisas
y de accidentes...
mejor ni cuento de
sus labios.
No hay comentarios:
Publicar un comentario