Otra vez la lluvia me empapa de tu ausencia.
Nuevamente me guardo los besos
y el anhelo de tenerte entre mis brazos
volverá por la noche a llenarme de reproche.
Otra vez las estrellas susurran por mi ventana,
me tienen tentado a llenarles de deseos.
Mientras mis letras se revelan y me tiemblan las
manos
escribo un te amo.
Otra vez la tinta me pide escribirte
y con el corazón en la mano me rindo ante el
papel.
No me gusta escribir esto dos veces en el mismo
escrito
pero, ¿ya qué?
¡Te amo!