sábado, 23 de marzo de 2013

Lo que nos queda

Es tan claro.

Como la baba que solía escurrir cuando te miraba acercándote hacia mí. Abriéndote paso entre la gente sin siquiera tocarla.

Como mis celos irracionales a la brisa del verano, a la lluvia de otoño o a los rayos de la luna el mes de Octubre.

Como la nieve con la que jugamos una mañana de navidad. En la que los mejores regalos nos los dimos en los labios después de un chocolate caliente y una película de las que tanto te gustan tirados en el sofá, cubriéndonos el frío con solo una manta y mis brazos… y los tuyos.

Todo era tan claro que me perdía en medio de aquel inmenso todo buscando nadas y encontrando dudas.

Dudas. ¡Ja ja ja! Siempre dudas…

Sembradas, cosechadas, sometidas a diversos procesos, enlatadas e ingeridas por nosotros hasta embriagarnos en ellas para echarlo todo a perder en solo una noche.


Perder el tiempo, la noción de las cosas factibles y el color de las reales… acariciando solo la idea de estar enamorados, 
pues es eso...

lo que nos queda.