Viajaba en
el espacio de mi vaso vacío
con el temor a
encontrarme con los retratos del pasado.
Sin darme
cuenta vi en tus ojos un brillo de estrella
y me envolviste
sin querer con tu voz,
pidiéndome
un cigarrillo.
Al verte a los ojos tu mirada me atrapó con
fuerza
y me invitó a adentrarme a ti, y a tomar una copa.
Tu tacto en
mi hombro me acarició como luz de luna
y me llenó de tintes distintos a los de un recuerdo.
Pero tú seguías allí...
pidiéndome un cigarrillo.
Te pedí que
te sentarás a mi lado y aceptaste,
y te entregué un lucky strike, que pusiste entre tus labios.
Lo encendiste y llenaste de nubes mi cabeza.
Mi planeta.
Me dan
vuelcos de mares, y me tiemblan las piernas.
Todo un terremoto de
emociones.
Pero tú seguías allí...
fumando un cigarrillo.
Y nos quedamos sin palabras
uno frente al otro.
Me miraste de
nuevo y me arrebataste el aire.
Mi deseo
perforó mis entrañas, y tú miraste tu reloj.
Ansiosa
Callados ambos nos miramos hasta que te fuiste.
Me echaste la última
bocanada…
y entre la
gente te esfumaste…
como un cigarrillo.
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